Progresismo latinoamericano

Señor director:

Desde hace algún tiempo, se ha notado un claro acercamiento de las clases más populares hacia la derecha. La causa de aquello: populismo fácil, indicarían algunos, o la atávica práctica del carisma, diría Weber. El ejemplo más cercano es el de Joaquín Lavín en las elecciones pasadas, donde logró un asombroso resplado de las clases más bajas de nuestro país. Hace recién algunos días, el candidato oficialista mexicano Felipe Calderón logró aventajar a su contendor por una pequeña diferencia que, según los expertos, se debió en gran parte al apoyo obtenido desde las clases más humildes de México. La causal de este fenómeno, se debe a una importante decepción del electorado más pobre por quienes han sido sus representantes por anotnomasia. El progresismo latinoamericano ha mostrado sensibilidad sólo en la teoría, mostrándose incapaz de corregir muchos aspectos clave, aún sin solución. Sólo cabe recordar las viviendas recién
entregadas en Chile por el gobierno que no superan los 12 metros cuadrados de superficie. Ello ha revelado una alarmante indiferencia por los problemas sociales en nuestro país. Con todo, sin embargo, la discusión de si la derecha sería o no capaz de dirigir mejor el rumbo de la sociedad es materia de otro debate.

Miguel Á. Merino Guerrero

La Tercera - Cartas al Director

14/07/2006